03 diciembre 2005

Protección

Primero, el Arte es bello y útil, y no nos damos cuenta de ello. Lo vivimos, no lo pensamos. Al principio, la felicidad es vivirlo sin pensar en la descomposición. Se vive en una felicidad omnipotente.Es la felicidad primaria, la primera felicidad, sin la descomposición. Luego, cuando nos damos cuenta de que la descomposición va actuando poco a poco, entonces, sólo entonces, y al final del penoso camino recorrido antes de reconocer los efectos de la descomposición, llegamos a la conclusión de que el Arte a pesar de todo merece la pena vivirlo, defenderlo y protegerlo con los metodos adecuados, para así paliar, en la medida de lo posible, los efectos de la descomposición.

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